jueves, 9 de febrero de 2017

ESCRIBIR A PARTIR DE UN FINAL.

Hemos trabajado la estructura narrativa. La clásica estructura lineal consta de presentación, nudo y desenlace.
El taller literario que hemos propuesto consistía en escribir partiendo de un desenlace sorprendente. Una vez leídos los relatos, y tras la correspondiente votación, he aquí los cinco ganadores (uno por cada desenlace propuesto.)



Una baraja del tarot y una foto. Eso era todo lo que mi madre me había dejado de herencia. La verdad es que mi madre y yo siempre nos llevamos bien cuando era pequeña. Todos nuestros problemas empezaron durante mi adolescencia. Mi madre trabajaba muy duro para pagar la casa, la comida, mis estudios... Pero yo no era capaz de valorar eso. Mientras mi madre trabajaba y hacía horas extra, yo salía con mis “amigos”. Dejé de estudiar y repetí curso. Al cumplir 18 años me fui del país. Con el tiempo, me arrepentí de no estudiar. Las lágrimas corrieron por mis ojuos.
-¡Andrea!
Era Juan, mi novio y futuro esposo. Habíamos vuelto a la ciudad para invitarla a nuestra boda. Fue entonces cuando nos enteramos de que había fallecido.
-Tengo que irme.
Eché a correr hacia la colina de detrás de nuestra casa, donde mi madre me llevaba de pequeña a merendar y donde se habían depositado sus cenizas.
Cuando llegué me puse a llorar. El ciprés en el que nos apoyábamos en las tardes de verano había sido talado. Estaba harta. Decidí deshacerme de todo lo que me ataba a aquel lugar. Quemé la foto con mi madre y la baraja. Junto al viento se fueron las cenizas y todos mis recuerdos. Lo único que quedó conmigo fue la sombra del ciprés, acompañada de mis lágrimas y mi frustración.

Rubén Juárez




Dile no al traficante.

(Hace siete días, el propietario del “Villa smoking every day” murió por enfisema pulmonar. El dueño era un psicópata, pedófilo  y marioso. Su nombre era Mr. Money, un loco sin más.)

Esa casa ¡la cargaba el diablo con todos los pecados! Por ello nadie la compraba, pero ese día, un extranjero llamado Andrés, sin conocimiento, fue engañado por un traficante de casas integrales. Durante los siguientes días, Andrés encontró en la casa cadáveres, drogas, aparatos de tortura, armas... además de que en la ducha, en vez de agua caía sangre de los cadáveres del ático; pero, aun así, el nuevo propietario no se iba. Después de un tiempo, compró un puzzle y, al acabarlo, un lagarto saltó sobre la última pieza. Entonces sí, no lo dudó un instante... comprendió que tenía que abandonar la casa.

Dawid Zielinski



Vietnam

-¡Vete, corre, huye! –me gritó el coronel Maxwell. -¡Vamos, que te vayas, es una orden!
-¡Coronel, Peter está herido, tengo que ir a buscarle!
-¡Ese muchacho ya tiene un pie puesto en el reino de Hades, no lo puedes salvar!
Mantener una conversación decente en medio de esta lluvia de balas era imposible. La cosa es que los rebeldes ya habían acabado con el equipo Tigre y Pantera, y quedaba ya muy poco para que acabaran con nosotros. Uno a uno había visto morir a mis compañeros y ya solo quedábamos el coronel, Peter y yo, de ahí mi empeño en salvarlo. Se encontraba a diez metros de nuestra trinchera, escondido entre los matorrales y era muy difícil que sobreviviera sin atención médica.
-¡Vamos, nenaza, actúa! ¡Yo te cubriré –me grigó Maxwell.
-¡No vengáis! –dijo Peter.
Entonces, sorprendentemente, el coronel se levantó y corrió hacia el soldado y entonces... ¡Bam! Mis dos compañeros, mis dos amigos, mis dos hermanos, allí se quedaron, muertos, en aquel lejano y terrible país, Vietnam. En ese momento me di cuenta de que estaba solo, contra más de ciento cincuenta hombres enemigos. No me quedaba otra, lo tenía que hacer, y así fue como yo, el sargento Gutiérrez, dejé a un lado el fusil y caminé directo y sin intención de esquivar las balas, hacia las trincheras enemigas...
Pero espera... ¡Bum! Esta se la tenía guardada.

Mario Gutiérrez




Los consejos de un fantasma

Fernando Jueces era un poco curioso, y como dice el dicho, “que nunca mates al bicho”, o eso creía antes del acontecimiento que ocurrió en la mansión... Bueno, no voy a hacer “spoiler”, lo demás tendrás que descubrirlo tú.
Fernando estaba en su casa, era por la mañana. Fernando siempre estaba intrigado por la casa abandonada. Un día se hartó y fue a visitar la casa en bicicleta. Llamó a la puerta, no respondía nadie, pero de pronto... ¡se abrió la puerta! Un fantasma dijo que tendría que tirar su bicicleta para salir con vida. Sin más dilación, procedió. Siguiendo los consejos del fantasma, Fernando tiró su bicicleta por un acantilado.

Raúl Peñarando




El amor cuesta

Luisa es una chica de dieciséis años, estudiante en Harvard, y ha conocido a un chico llamado Juan Carlos, de diecisiete años. A Luisa no le gusta mucho, pero... qué se le va a hacer. Para sus amigas, Juan Carlos es muy guapo, pero para ella no.
Juan Carlos es algo, guapo y muy estudioso. A muchas chicas les gusta, pero a Luisa no. Juan le ha pedido salir más de cinco veces y Luisa siempre cambia de tema o se va cuchicheando con sus amigas.
El cinco de abril Juan Carlos le pidió salir a Luisa y ésta aceptó. Sin embargo, duraron poco, el cuatro de junio rompieron. Después de casi tres años Juan Carlos se lo volvió a pedir y aceptó, pero media hora antes de la cita se rapó la cabeza al cero...


Víctor M. Loayza.

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